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Mónica
Figuerola, directora general de Turismo del Gobierno
de La Rioja. / FERNANDO DÍAZ |
Textos: Pablo G. Mancha
Mónica Figuerola, directora general de Turismo
del Gobierno de La Rioja destaca que en España no
existe ningún otro destino turístico que se
haya presentado como espacio enoturístico por excelencia
y ninguno, además, puede presentar la imagen de marca
de la que dispone La Rioja.
– ¿Cuáles son las principales estrategias
del turismo enológico en La Rioja?
– Evidentemente existen muchas cuestiones. En primer
lugar, tiene un gran potencial de crecimiento, resulta clave
el factor diferenciador que puede situar a nuestra región
como líder de este ámbito en España
y también por el número de agentes que se
pueden implicar, desde bodegas a empresas especializadas
en este tipo de turismo, así como cofradías,
enólogos, etc... La Rioja es una Comunidad pequeña
que tiene un excelente patrimonio tanto cultural como natural
y se dirige a una clase de demanda de calidad, con un poder
adquisitivo alto. No hay que olvidar tampoco que se trata
de un turismo desestacionalizado que puede visitar nuestra
tierra a lo largo de todo el año. Todo esto configura
una realidad muy clara: el turismo enológico es un
turismo rentable. De hecho, el mercado enoturístico
posee un potencial de mercado amplísimo con unos
niveles de crecimiento que se pueden cuantificar en aproximadamente
ocho veces más que el nivel de visitantes actual
con en el que cuenta La Rioja.
– ¿Cuál es el perfil de los visitantes
enoturísticos que vienen a La Rioja?
– El perfil extraído del estudio de ‘Ikerfiel’
nos dibuja una persona de 35 a 55 años, que vive
en pareja y que proviene de una clase social acomodada.
Su procedencia general es del País Vasco, Cataluña,
Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla–León
y Andalucía.
– ¿Desde su punto de vista, cuáles son
las actividades claves en el enoturismo en La Rioja?
– En primer lugar las visitas a bodegas. En poco tiempo
se ha logrado contar con más de cincuenta que ya
tienen establecida una visita con horarios, cualificación
de su personal, rutas interiores, etc.... Otro aspecto fundamental
es la apuesta que se está realizando en torno a la
denominada Cultura del Vino, con museos como el de Vivanco,
en Briones; el Museo de la Estación Enológica
de Haro, el de Ontañón en Logroño.
Tampoco nos podemos olvidar de nuestro rico patrimonio etnográfico,
como antiguos calados, lagares, chozos o guardaviñas.
Un producto cada vez más demandado es la visita a
los paisajes del vino, viñedos, ríos y todo
el turismo que se genera a su alrededor, como paseo en bicicleta,
caballos e incluso en globo. Muy cercano se encuentra el
agroturismo, con actividades tan sugerentes como ‘ven
a vendimiar con nosotros’. A todo esto hay que unir
la gastronomía, a través de catas y maridajes
y el deporte y vino, como el esquí o el golf. En
este sentido, La Rioja se convierte en el primer destino
turístico del mundo donde la Cultura del Vino repercute
en todos sus recursos naturales y culturales, conformando
de esta forma una manera diferenciada de entender la vida.
– ¿Cuáles son las principales estrategias
para consolidar todas estas opciones y actividades que se
pueden desarrollar en toro al vino?
– Un aspecto clave es el desarrollo del Plan Estratégico,
que se tiene que configurar como el eje vertebrador de cada
una de las acciones que se llevan a cabo. Otra herramienta
es el Programa Europeo Interreg B, en cooperación
con otras regiones vinícolas europeas como Oporto
y Burdeos. Existen líneas de apoyo en cuestiones
como infraestructuras, formación, líneas de
producto etc... La tercera cuestión son los planes
de dinamización turística (Sonsierra, Oja-Tirón
y el corredor de las bodegas centenarias de San Asensio,
Cenicero y Torremontalbo.
– Usted siempre habla de la formación ¿Cómo
se articula?
– A través del apoyo a los Ayuntamientos. También
a la Universidad de La Rioja, con el fin de formar expertos
en Enoturismo y luego, a través de programas europeos
para formar formadores, guías de bodegas y guías
de enoturismo.
– ¿A qué denomina ‘claves del
éxito’ en el Enoturismo?
– A la idiosincrasia de los riojanos, el propio e
innegable valor que tiene el vino en la cultura de nuestra
tierra. Ése es uno de los valores diferenciales que
tiene el enoturismo aquí y es una de las percepciones
más claras que se llevan los visitantes de La Rioja.
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