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| Viticultura | El año de la vid

Ciclo de vida

Recorrido en imágenes, mes a mes, de una plantación de tempranillo.

El año de la vid
Del brote al racimo. Las imágenes, cedidas por la bodega institucional de La Grajera, realizan un seguimiento de un brote de un racimo de tempranillo hasta el momento de vendimia: puede verse la primera ‘borra’ incipiente, la formación del racimo, del fruto, el envero y la maduración de la uva.

TTextos: A.GIL / Fotos: Cedidas por la Consejería de Agricultura y Fernando Díaz

La vid es una planta con un ciclo característico en zonas templadas que se inicia con el desborre a principios de la primavera para concluir con la caída de la hoja en otoño. De entre todas las fases, la más importante para la calidad de la uva es la maduración, ya que las condiciones climáticas de agosto y septiembre serán claves para la cosecha.
Previamente, habrá pasado el tiempo de heladas (gravísimas en primavera con el comienzo del desborre y la floración, ya que la planta está incipiente y apenas puede protegerse) y, anteriormente, el de la poda, una de las acciones del hombre más importantes para la calidad final de la uva. Los abonados, la protección contra las plagas, la espergura o desniete y los aclareos, tanto de hoja como de racimos en función de las condiciones climatológicas, son otras de las labores básicos en la viña y de las que dependerá la calidad final de las uvas. ‘Vinos de Rioja’ ha seguido, junto con los responsables de la bodega de La Grajera de la Consejería de Agricultura, el ciclo de la vid, desde el mes de diciembre al actual de noviembre en que cesa la actividad de la planta. Diferentes paisajes y colores de una misma plantación de tempranillo a lo largo del año es lo que el lector puede contemplar en estas páginas, en las que, además, se intentan explicar los principales laboreos y tratamientos.

El año agrícola fue húmedo al principio y muy seco a partir de marzo, lo que condicionó prácticas vitícolas como los aclareos de hoja (no se hicieron para no restar vigor) o de racimos (reducidos porque la sequía afecta a la producción). Como suele ser habitual en año secos con reservas de otoño-invierno la cosecha ha sido excepcional.

El año de la vid
El año de la vid
Diciembre. Comienza el ciclo. Es momento del abonado de la tierra. En la Finca La Grajera, de la Consejería de Agricultura, la producción es ecológica, así que únicamente se utiliza el abono orgánico. Es el momento también de la prepoda de los sarmientos, que sirve para preparar la poda definitiva (en enero y febrero) y para prever posibles problemas en alguna planta, como la clorosis.
Enero. Juan Bautista Chávarri, responsable de la bodega de La Grajera, en la imagen, comprueba el estado de las viñas. Es el mes de la poda (aunque también puede retrasarse en función de la conveniencia según la naturaleza o el estado de la planta). La poda es uno de los laboreos más importantes para la obtención posterior de unas uvas sanas, maduras, y sobre todo de calidad para hacer buen vino.
El año de la vid
El año de la vid
Febrero. El viñedo ya ha sido podado y es momento de preparar la espaldera. Habrá que atar las guías y conducirlas en la dirección deseada. Es una operación muy importante, ya que el equilibrio futuro de la planta dependerá en gran medida de esta labor de preparación. Febrero, en el caso de cultivo ecológico, es también un mes para el abonado de las tierras. Marzo. En la imagen, en la Finca de La Grajera, se prosigue con los abonados orgánicos durante este mes. Habitualmente, para los cultivos no ecológicos es la temporada de aplicación de herbicidas, con el fin de prevenir las enfermedades de la viña. La brotación está ya muy próxima y se supera la fase de reposo vegetativo de los meses de invierno comenzando la actividad de la planta.
El año de la vid
El año de la vid
Abril. El inicio de la primavera es el tiempo del desborre (brotación). Las yemas empiezan a hincharse, a formar una ‘borra’ diferenciada en hojas, tallos, hojas y racimos, todos ellos diminutos. Es un momento crucial, ya que el riesgo de heladas es intenso y la afección a la viña de suma importancia. El 25 de abril es San Marcos, al que el refranero riojano denomina Marcos, marquete, vendimiador sin corquete. Mayo. La viña entra en plena fase de brotación. Primero salen las hojas y después se ven racimillos muy pequeños. El peligro de enfermedades es latente y comienzan los tratamientos con azufre para prevenir el oidio y los ácaros, dos de las grandes enfermedades del viñedo. A finales de mes, es tiempo de espergura (desniete), es decir, de eliminar brotes no fructíferos para que no chupen la savia a los que salen del sarmiento nuevo.
El año de la vid
El año de la vid
Junio. La floración ya es un hecho. En la finca La Grajera se actúa preventivamente contra la polilla del racimo, una enfermedad grave. El método empleado es el denominado de confusión sexual: una especie de ‘ambientadores’ desprenden gran cantidad de feromonas (hormonas femeninas) de la hembra de la polilla, de forma que desorientan a los machos y no las fecundan. Es un método de garantía y no agresivo al evitar los tratamientos. Julio. Los racimos y las bayas ya están perfectamente formados. Se aplicarán más o menos tratamientos en función de la climatología. Sulfato de cobre contra el mildiu y azufre contra el oidio y los ácaros. El grano, que en el mes anterior era del tamaño de un guisante, aumenta y a finales de mes comienza la fase de envero. Es momento, tanto este mes como el anterior, de desniete.
El año de la vid
El año de la vid
Agosto. La maduración experimenta un importante impulso en este mes. Es el momento del envero, que, aunque ya comenzó el mes anterior, prosigue durante agosto. El envero es el cambio de color de las uvas del verde al morado a medida que evoluciona la maduración de la uva. En La Grajera este mes se realizan aclareos, tanto de hoja (en el último año no por la sequía) como de racimos para controlar rendimientos y vigor y ganar calidad. Septiembre. Es el periodo más importante que determina la calidad de la cosecha. La uva, ya desde julio, aumenta continuamente de tamaño y va perdiendo la mucha acidez que tenía hasta ese momento y va acumulando cada vez más azúcares y polifenoles. Desde el 18 de agosto y todo septiembre (hasta la vendimia) Juan Bautista Chávarri, en la imagen, hace controles de maduración.
El año de la vid
El año de la vid
Octubre. La vendimia comenzó este año en la Finca La Grajera el 20 de septiembre con las variedades más tempranas. La Grajera cultiva uvas experimentales de maduración temprana y otras más tardías. La mayor actividad se registra en la semana previa al Puente de El Pilar, fecha que, una vez pasada, supone habitualmente el final de la recogida en este finca situada en las inmediaciones de Logroño. Noviembre. Los colores rojos invaden las viñas, en una de las estampas más bonitas del ciclo de la vid. El laboreo se centra en un repaso del suelo para descompactarlo y oxigenarlo. La actividad en la planta disminuye y se ralentiza la absorción de nutrientes. Las hojas (que se tornan de un color marrón o rojizo) comienzan a caerse. A partir de aquí se da la parada invernal, completando el ciclo de un año de la vid.

 


     ENLACES
Consejería de
Agricultura del Gobierno
de La Rioja

Consejo Regulador de
la D.O.C. Rioja

Guía de Bodegas de
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de Rioja

Créditos
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