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Vista
desde Briones, uno de los maravillosos pueblos de
Rioja, del Museo de la Cultura del Vino. / FERNANDO
DíAZ. |
El
Museo de Vivanco
En el corazón de La Rioja, en Briones, se erige
el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco,
una gran iniciativa para pasear por toda la historia
de la vitivinicultura a través de una exposición
de 9.000 metros cuadrados. De hecho, en menos de dos
años, se ha convertido en uno de los principales
argumentos enoturísticos de La Rioja y también
de toda Europa. El Museo está distribuido por
contenidos temáticos que dan lugar a cinco espacios
diferenciados y cuenta con una muestra permanente que
se combina con exposiciones temporales de gran interés.
El Museo de la Cultura del Vino de Bodegas Dinastía
Vivanco ofrece un paseo por la historia y la cultura
del vino, producto éste asociado a la mitología
y la religión, con fuerte presencia social y
cuya elaboración precisa, tanto en el campo como
en la bodega, de trabajos que recogen la esencia de
labores tradicionales. El Museo, que es un complejo
en continuo crecimiento, fue inaugurado por el Rey de
España, Juan Carlos I, y cuenta además
con un restaurante panorámico donde predomina
la cocina de autor y una enotienda donde se pueden adquirir
los más diversos productos relacionados con el
mundo del vino y su cultura. Además, cuenta con
una librería especializada en temas de viticultura,
enología, gastronomía, historia y literatura
del vino, así como con las publicaciones especializadas
de la Fundación para la Promoción del
la Cultura del Vino, también patrocinada por
la familia Vivanco. |
Textos: Pablo G. Mancha
Desde Haro hasta San Vicente y Fuenmayor, el increíble
microclima de La Rioja Alta se ve aderezado por las influencias
atlánticas que definen a unos suculentos viñedos
que ahora en otoño parecen confabularse en una maravillosa
sinfonía jaspeada que se recrea entre todas las posibilidades
de la gama cromática del ocre. Es otoño en
el Barrio de la Estación de Haro, un espacio mítico
que recoge la mayor concentración de bodegas centenarias
del mundo y donde los amantes del vino pueden disfrutar
de la huella indeleble de las bodegas pioneras del Rioja,
a través de un paisaje decimonónico que se
abraza a nuevas arquitecturas junto a los calados alucinantes
de sus bodegas.
Una parada obligatoria en la ciudad del vino es el viejo
edificio de la Estación Enológica, sede del
Museo del Vino, en el que se muestra de forma didáctica
todo el proceso de vinificación. En verano, el 29
de junio, se celebra la renombrada ‘Batalla del Vino’,
donde se arrojan más de 60.000 litros de vino para
defender Bilibio de las «ansias anexionistas»
de los vecinos de Miranda. Pero como ahora estamos a las
puertas del invierno, los mejor es ir a la Cuesta de la
Herradura, donde se arraciman bares y restaurantes para
disfrutar de la buena mesa antes de comprar vino en bodegas
o enotecas.
Muy cerca de Haro está Briones –un bellísimo
pueblo jalonado de casas, casonas, palacios y palacetes–
que celebra sus Jornadas Medievales y que se asoma a una
de la joyas del Enoturismo riojano: el Museo de la Cultura
del Vino. El vino es el protagonista de las fiestas de San
Asensio como la famosa 'Batalla del Clarete' celebrada a
finales de julio. La «munición» se obtiene
de varias cisternas con vino en el barrio de las Bodegas.
Después de la batalla los combatientes se recuperan
en la Plaza Vieja.
Al otro lado del Ebro, tras pasar Briñas, donde está
el ‘Portal de La Rioja’, nos adentramos en la
impresionante Sonsierra, plagada de lagares rupestres y
guardaviñas, donde se encuentra San Vicente, sede
de una de las manifestaciones religiosas más sobrecogedoras
del mundo: ‘los picaos’. Seguimos ruta hasta
Ábalos, villa vitivinícola con unos suelos
privilegiados que a primeros de septiembre ‘abre sus
puertas’ para dar a conocer sus vinos y bodegas.
De
Cenicero a San Millán
De
Cenicero es ciudad vitivinícola por excelencia,
con bodegas de gran solera y un monumento a la vendimia,
obra de Dalmati y Narvaiza. Además de sus vinos
y sus toneles, Cenicero tiene fama por su concurso anual
de jotas del Ebro y desde este año por acoger
Bodegas Riojanas un ciclo de cante flamenco, con artistas
de gran categoría.
Las bodegas de Ollauri se asientan
en una ladera y los palacios se congregan en el barrio
bajo, junto al templo de Salvador, con torre, fachada
y retablo barrocos. En Ollauri está la magnífica
bodega de Paternina, a la que muchos conocen como la
Capilla Sixtina del Vino.
En Nájera destaca su conjunto monumental con
el monasterio de Santa María de la Real, como
gran referente. En Berceo, camino a San Millán,
nació el santo y el primer poeta castellano,
Gonzalo de Berceo: «Quiero escribir una prosa
en román paladino, en cual suele fablar a su
vecino, ca non so tan letrado por fer otro latino: bien
valdrá, como creo, un vaso de bon vino».
Desde aquí se llega a San Millán, donde
están los monasterios que vieron nacer al castellano,
Patrimonio de la Humanidad y símbolos de La Rioja. |
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